Las sesiones familiares son muy divertidas.
Hay a quien le gusta estar delante de la cámara, pero a otros, como a mí, nos cuesta un poco más, así que intentamos que sean de un modo natural, dándonos tiempo, conociéndonos y sobre todo, pasándolo muy bien. No solo se trata de guardar recuerdos, sino de disfrutar haciéndolo.
Siempre hay un segundo en el que vuestra pupila y la mía se conectan en la cámara, un instante donde un salto o una sonrisa nos llena a todos y queda inmortalizada para siempre.
No hay comentarios